Anni B Sweet: «Cambiaría mi nombre artístico; lo de 'dulce' ha influido para valorar mi música»
La cantante malagueña detalla todas las novedades de su nuevo álbum,'Universo por estrenar', el primero en castellano y en el que deja de lado el folk y se sumerge en el pop psicodélico de la mano de James Bagshaw, líder de la banda inglesa Temples
Cualquier cambio en la vida, ya sea para bien o para mal, suele conllevar un periodo de incertidumbre, inseguridad e incluso miedo. La de Anni B Sweet (Málaga, 1987) es una evolución que ya empezaba a moldearse en sus directos y que ha plasmado definitivamente en su nuevo disco, 'Universo por estrenar', editado por Subterfuge el pasado mes de mayo. En él deja de lado el folk y la canción de autor más intimista para sumergirse en un pop bailable y psicodélico, teniendo mucha culpa de ello el productor, James Bagshaw, cantante y también responsable de la producción de la banda británica Temples, adalid del sonido al que pretendía llegar la malagueña. «Conectamos rápidamente», confiesa Ana López –su verdadero nombre–, que previamente pinceló todos los temas en su casa.
El resultado es un trabajo francamente redondo que invita a pensar que el punto fuerte será el directo, donde ahora se acompaña de, entre otros, Víctor Cabezuelo y Julia Martín-Maestro, de Rufus T. Firefly. Una buena oportunidad para comprobarlo es el festival Aspesuena, que se celebra este sábado, 3 de agosto, en la localidad alicantina de Aspe, y que también cuenta en su cartel con La Habitación Roja, Javiera Mena, La Bien Querida y La Plata. La entrada es gratuita.
Así pues, si a las buenas canciones añadimos una producción de alto nivel y contar en directo con músicos curtidos, llegamos a la conclusión de que Anni puede estar tranquila y no tener ningún miedo ante el camino que se le abre por delante. Sin embargo, queda por derribar el muro más alto, el de los prejuicios: «Parece que la gente tiene una idea de mí que no es correcta. A todas las chicas con guitarra que tocaban como folk lánguido se nos englobó en una misma persona». Toca sacar el martillo y echar abajo esa imagen a base de trabajo.
–Nuevo idioma, nuevo sonido, nuevo disco y nueva banda. ¿Te sientes realmente ante un 'Universo por estrenar'?
–Creo que sí. Estoy totalmente en un lugar nuevo, en el que me encuentro muy cómoda y que creo que va a ser para largo. Además, puedo experimentar y estoy mucho más relajada a la hora de componer, y eso es muy agradable.
–¿Ha cambiado tu forma de afrontar las canciones al componer por primera vez en castellano?
–Sí, aunque como realmente solo llevo un disco, supongo que iré aprendiendo más adelante y podré dar una respuesta en la que me interiorice mucho más en el tema. Lo afronté un poco de la misma forma. Me gusta un montón escribir canciones. A raíz de alguna frase que me inspira, tiro de eso y saco la canción. O estoy con la guitarra y compongo algo porque me sale de pronto una melodía que me gusta y entonces meto una letra ahí. Hay como mil formas. Pero lo que sí me ha ocurrido a la hora de componer en español, y que no me lo esperaba, es el momento de las letras. Tienes que buscar una letra específica, porque no te entra, o sacrificar melodías, y no pensaba que eso iba a ocurrir. Tienes que sacrificar melodía o letra porque hay veces que las dos cosas no se llevan bien. El inglés es mucho más flexible, no es tan estricto.
–Los hay que opinan que es más complicado componer en español.
–Creo que sí, es mucho más difícil.
–Que eligieras a James Bagshaw, líder de Temples, para producir el disco era una muestra de que sabías exactamente qué buscabas para este álbum, por muy distinto que sea de lo que has hecho hasta ahora.
–Lo tenía muy claro, aunque a veces no tienes mucho tiempo para procesarlo y para darte cuenta de que puedes tener en la cabeza una canción que suena increíble, pero no sabes muchas veces cómo llegar a eso. Y tampoco estás segura hacia dónde tienes que tirar, o quién te puede ayudar. Hice la preproducción en casa, lo que son las demos, y ya iban cogiendo el camino. Me daban pistas a mí misma de lo que realmente le faltaban a las canciones y lo que necesitaban. Es cuando pensé en James (Bagshaw) por el sonido que tiene Temples. No sabía en ese momento que él era también el productor de la banda. Iba realmente en busca del productor de Temples, y resultó que era el cantante del grupo.
–¿Y qué tal fue el proceso de grabación? Doy por descontado que el resultado te ha gustado.
–Sí, estoy muy contenta. Ha sido una experiencia increíble. Suena un poco simple, y no hay mucha chicha que contar, porque mucha gente me preguntaba si discutimos en el estudio, y lo cierto es que hubo una conexión muy bonita con James. Entendió a la perfección todo lo que quería y apenas tuve que contarle nada. Entendió perfectamente las demos, lo que ya me pareció algo mágico. Eran canciones que ya tenían su punto de complejidad. Había parones donde quizás el cuerpo te pedía seguir y ese tipo de cosas que a mí me gusta experimentar. Y me he dejado llevar mucho en este disco, algo que no había hecho en los anteriores. De pronto, quedé con alguien que no conozco, le mandé las demos y las entendió bien. El proceso fue duro de trabajo, de muchas horas y muy seguidas durante un mes, sin parar ni un solo día, aunque fue muy agradable a la vez, porque iban saliendo cosas. Era como recargarte las pilas todo el rato, porque estabas trabajando, pero salían cosas al mismo tiempo que te gustaban. Fue fantástico para mí.
–Con 'Universo por estrenar' te pasas al pop-rock psicodélico y reclutas para tu banda a Víctor Cabezuelo y Julia Martín-Maestro, de Rufus T. Firefly, el mejor grupo de ese género en el país. ¿Qué tal marchan los primeros directos con ellos?
–Muy bien. Solo llevo un par de conciertos con ellos, además de todos los ensayos. Hay muy buena vibración en el escenario entre nosotros. Estamos en la misma onda. Ellos ya vienen haciendo psicodelia desde hace tiempo, y realmente bien, y también son personas que no tocan por tocar, ni van a tocar con un grupo sin que exista amor por la música que hace. Pasarles el disco, que les haya gustado y que estén tocando conmigo y apoyándome de esa manera, pues la verdad es que es todo buenísimo. Y el 'sonidaco' que sacan encima del escenario es muy bueno también. Llegará un momento en el que ellos empezarán con su gira de nuevo, pero esta experiencia está siendo muy bonita y estoy aprendiendo mucho de ellos.
–Recuerdo que te vi en el concierto de Rufus T. Firefly en Granada, el pasado mes de marzo, y me comentó Noni, de Lori Meyers, tu actual pareja, que para él Julia es de esas personas que tocan con el corazón, además de todo un ejemplo de lucha femenina en un mundo plagado de hombres. ¿Opinas igual?
–Al 100%. Creo que, en cierta forma, te olvidas de lo que es Julia. Me refiero a que simplemente ves a un ser humano dándolo todo. Es pura energía. En el momento en el que la estás mirando, estás viendo como el aura que tiene a su alrededor. Está tocando de puta madre y tiene un buen rollo encima del escenario y eso es complicado que lo tenga cualquiera. Hay mucha gente que toca muy bien y no transmite eso. Me hace gracia que me hables del concierto de Granada porque me flipó, y fue ahí cuando quedamos todos para charlar. Después de su actuación, estuvimos hablando sobre lo de tocar juntos.
–¿Fuiste a 'tirarles la caña'?
–Exacto, a dejarlo todo cerrado.
–El concierto fue espectacular.
–Sí, además llevaban como un formato diferente.
–Llevaban muchas proyecciones sobre el escenario. Nunca les había visto así. Ojalá tengan suerte en el futuro, porque es una gran banda.
–Seguro que sí.
–En cuanto al directo, ¿harás bloques diferenciados entre tus canciones más intimistas y las nuevas? ¿O quieres afrontar el desafío de trasladar tus temas de siempre al nuevo formato?
–Puede ser que lo haga más adelante. Ahora he elegido una cosa arriesgada, que es solo tocar el nuevo disco, de arriba a abajo. Es lo que me pide el cuerpo y lo más honesto que podía hacer. Pensé que era lo más correcto. Sí que es cierto que más adelante quiero incorporar canciones de los discos anteriores, porque creo que le podría dar el toque del disco. Sería un ejercicio muy chulo para ver.
–Sobre la gira, durante el verano formas parte del cartel de varios festivales y ofrecerás algunos acústicos. ¿Habrá conciertos por salas en otoño e invierno? ¿Incluirás a Murcia entre las fechas?
–Habrá gira por salas, pero de momento no hemos publicado todas las fechas ni las ciudades. Están saliendo las cositas poco a poco. Tengo la presentación del disco en sala el 15 de noviembre en Madrid (Ochoymedio –Sala But–). Prepararemos algo chulo. Y espero llevarlo a más lugares. También estamos pendientes de que nos vayan llamando aunque, de momento, tenemos el calendario prácticamente completo hasta diciembre. Todavía no puedo confirmar las fechas, pero te puedo decir que Murcia está dentro de los planes.
–Hay algo curioso que me ha pasado en estas últimas semanas. Al recomendar tu disco a la gente, porque es realmente bueno, algunos me dicen que Anni B Sweet no es de su rollo, sin haber escuchado nada. ¿Notas que existe como una especie de telón, que hay mucha gente nueva que te escucha pero que, a la vez, es complicado que den ese primer paso?
–Hay como una especie de prejuicio, lo voy a llamar así. Mi primer disco tiene un toque muy naíf, muy orgánico, y el segundo, en cambio, es más oscuro y experimental. El tercero es más eléctrico, pop y, quizás, redondito. Pero parece que la gente tiene una idea de mí que no es correcta. Hizo mucho daño la época de las chicas con guitarra que tocaban como folk lánguido, en la que se nos englobó a todas en una misma persona. Eso hizo que la gente igual no ahondase tanto en mí. Es cierto que este disco ha gustado y ha llamado la atención a mucha gente, y eso les ha acercado a los directos. Ya hubo personas en la gira anterior que vinieron a nuestros conciertos y se llevaron una sorpresa, porque no sabían que íbamos mucho más allá de lo que sonaba en el disco. En el directo de la gira anterior ya había psicodelia y era muy potente y explosivo. La canción que más ha sonado de mí es la versión de 'Take on me', de A-ha. Es lo más conocido y justo con lo que no me identifico para nada.
–Es lo más alejado de lo que haces ahora.
–Claro, pero también me pareció bonito esa parte. Coger mi guitarra acústica y tocar canciones tranquilamente. No tengo ese prejuicio, pero entiendo que la gente sí lo tiene todavía conmigo. Al final las canciones están ahí, y si acabas escuchando la música, o te llega o no, pero no debería haber ningún prejuicio de por medio. Creo que poco a poco se va ir quitando ese telón y va a ir saliendo la realidad. Si vas a un concierto nuestro y lo ves, o te va a gustar o no, pero no creo que vayas a tener prejuicios por mis canciones de antes.
–Nos pasó algo parecido con Zahara en el Warm Up y la superbanda que lleva, con Martí Perarnau, de Mucho, y Manuel Cabezalí, de Havalina.
–Pasa un montón. Manu estuvo tocando conmigo en la gira del segundo disco. Tiene mucha potencia con la guitarra y toca increíble. Es de los mejores que hay en España junto a Javier Doria, que era también mi guitarrista. La verdad es que suena muy potente. Y sí, a veces la gente se hace la idea de una cosa que nos es, porque se dejan llevar por la imagen, y también por los medios. Creo que todas las personas tenemos nuestro lado dulce y otro que es menos, y nuestros puntos más oscuros y luminosos. Si solo te quedas con el punto luminoso mío o con el más dulce y sensible, es el problema de la gente. No puedo hacer más que enseñar mi música y seguir tocando.
–¿Manejas la idea de cambiarte el nombre a Anni B Dark?
–(Risas). A ese no, pero sí que quería cambiarlo porque no es un nombre que eligiese para mi proyecto musical. Era mi 'nickname' en una red social –MySpace–. Me conocieron de esa manera y no sabía que iba a llegar tan lejos. Y se quedó el nombre. Hoy en día lo cambiaría, aunque no sé a qué. Quizás lo dejaría en Anni a secas, pero sí que lo cambiaría porque creo que ha influido mucho a la hora de comentar y valorar mi música. Y que se dejen llevar y me digan cosas en plan 'como muy bien dice tu nombre, Anni B Sweet, eres muy dulce'. No, nada.