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Monterrosa: «Canciones de hombres heterosexuales, blancos y de clase privilegiada ya hay muchas»

Enrique F. Aparicio y Rocío Saiz son Monterrosa. / ISABEL MARTÍNEZ

El dúo de electropop formado por Rocío Saiz, de Las Chillers, y Enrique F. Aparicio iba a ser una de las propuestas más originales este fin de semana del festival Warm Up, aplazado al mes de octubre y pendiente de la evolución de la pandemia


¿Cansado de escuchar las mismas canciones indies sobre cuánto se sufre de amor por una mujer? ¿Qué sucede si en vez de cantarlo Mikel Izal lo hace Rocío Saiz? Pues que el mensaje ya no parece el mismo de siempre. Eso es lo que plantea Monterrosa, el dúo de pop electrónico formado por la también cantante de Las Chillers y Enrique F. Aparicio, alias Esnórquel DJ. Amantes del cine de Pedro Almodóvar y de artistas como Massiel, Karina, Cecilia y Jeanette, su primer trabajo, ‘Latencia’ (2019), es un homenaje a los sonidos de los años 90. ¿Al britpop? ¿Al grunge? Pues no, al bakalao y a Pont Aeri. La primera visita del grupo a tierras murcianas iba a ser con motivo del festival Warm Up, este sábado 2 de mayo, pero debido al aplazamiento del festival hasta octubre (días 1 –Open–, 2 y 3), se retrasará unos meses, si la evolución de la pandemia, como todos esperamos, permite que se vuelvan a celebrar eventos multitudinarios por esas fechas, aunque en el peor de los casos la ‘cuarentena musical’ podría extenderse hasta 2021. Semanas antes de que estallara la crisis sanitaria global por el coronavirus tuvimos la oportunidad de charlar con Rocío y Enrique de su original propuesta musical, de sus letras, de su próximo disco y de ‘Prácticamente magia’ –sí, la película sobre brujas modernas y hechizos amorosos de Sandra Bullock y Nicole Kidman que seguramente habéis visto, pero que no entendisteis bien–. Eran otros tiempos y teníamos preocupaciones distintas.

–¿Cómo definiríais la propuesta musical de Monterrosa? ¿Synth pop? ¿Electropop? ¿Tecnopop? ¿Bakalao?

–Enrique: Pues todo lo que has dicho nos encaja.

–Rocío: Incluso canción melódica.

–Enrique: Tenemos influencias variopintas, y como dice Rocío, la canción melódica también. Queríamos hacer unas composiciones como las de Jeanette de los años 60, producidas como Pont Aeri y la canción ‘Flying free’ y con letras como las de Cecilia. Todo eso, si encaja, que es lo que estamos intentando, es el sonido Monterrosa. Pop electrónico sin prejuicios y, además, en este primer disco hemos investigado un poco los sonidos del bakalao, porque nos interesaba envolver nuestros mensajes, que también nacen de cuando éramos pequeñas –Enrique siempre habla en femenino–  en los años 90, con los sonidos de aquella época.

–De hecho, la canción ‘1992’ es un homenaje evidente a ‘Flying free’.

–Enrique: Tiene un piano que es un homenaje clarísimo. Y una parte hablada que dice eso de «desde 1992…», que es tal cual suena en la canción de Pont Aeri: «Since 1992…». Ahí también arranca el disco y ese viaje en el tiempo que hemos querido hacer con ‘Latencia’.

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–El nombre del grupo espero que no sea también un tributo al tomate Monterosa.

– Rocío: (Risas) No, no viene por el tomate.

–Enrique: Estuvimos durante mucho tiempo buscando un nombre para el grupo y dimos con Augusto Monterroso en la solapa de un libro que tenía por casa. Y buscando cualquier cosa, le dije a Rocío que Monterroso, que sonaba bien. Y ella me dijo que mejor Monterrosa, porque tenía que ser femenino. Y ya está. Llevábamos 15 días con lo del nombre y ya a la desesperada se nos ocurrió. Nos gusta, y también compartir el nombre con un tomate, la verdad (risas).

–También hay una referencia clara en una de vuestras canciones a ‘Prácticamente magia’, tanto en el título como en la letra. Rocío confesó en una entrevista que es una de sus películas favoritas. Supongo que te parecerá poco que en Filmaffinity solo la puntúen con un 5,1 (con casi 12.500 votos).

–Rocío: Bueno, cuidado con Filmaffinity, que vota el público y en este país estaba el PP hasta hace poco. O sea, ese es el nivel. ‘Prácticamente magia’, sin quererlo, es una película feminista. Va sobre una familia de mujeres con un maleficio por el que no se pueden enamorar. Trata sobre ellas. Hacen un hechizo, que es el que sale en nuestra canción, y dicen cosas como que el futuro marido tenga un ojo verde y otro marrón, que sea cariñoso… Fíjate, si analizas ese lenguaje, en el que pides que tu marido sea cariñoso, es como muy ‘heavy’. Y como no se pueden enamorar, empiezan a empoderarse y a estar solas y a cuidarse entre ellas. Y luego aparece el hombre de la peli. Lo bueno es que solo hay un personaje masculino y es insustancial. Es una historia de mujeres que han levantado a sus familias ellas solas. Es la peli desde la perspectiva feminista, aunque como tal es una chorrada, al igual que yo me meto con la película de ‘Campeones’ porque es supermachista. Las feministas siempre decimos que llega un momento en el que haces clic, en el que básicamente abres la mente y las cosas ya te afectan de manera diferente. Por eso recomiendo el libro ‘Feminismo para principiantes’. Hay películas antiguas que vuelves a ver, como ‘La violetera’, que tiene una canción que dice que el marido le pega y no le importa, y es muy fuerte.

–Aparte de todas esas referencias que hemos comentado, vuestras influencias musicales se podría decir que van desde Pet Shop Boys hasta Camela.

–Rocío: Por supuesto, y Cecilia, Jeanette, Massiel, Carlos Berlanga…

–Enrique: Y Fangoria, OBK… Nuestras influencias abarcan todas las décadas, aunque es verdad que en estas primeras canciones hemos querido investigar un sonido concreto, el bakalao de los 90, pero también hay algo de eurodance del 2000 y canción melódica en ‘Me manipulaste’. Para nosotras, un gran referente es Manuel Alejandro, el gran compositor de Karina, Jeanette y todas las que nos gustan.

–¿Quién dio el primer paso para montar el grupo?

–Rocío: Yo. Tenía canciones hechas con Las Chillers y por lo que sea no encajaban para el grupo, porque es otro camino. En ese momento empezaba a coincidir con Enrique en varios sitios pinchando y nos hicimos hermanas, junto con nuestro querido mánager, amigo y de todo, Sergio. Y le dije que por qué no montábamos un grupo y así empezó todo, con unas canciones que tenía. Y salió esa maravilla que se llama ‘Latencia’.

«El mundo es complicado»

–Una de vuestras premisas con el disco es que no queríais que sonara contemporáneo.

–Enrique: Sí, hay una apuesta decidida por no sonar contemporáneos, a las 50 primeras canciones que están en el ‘top’ de Spotify. Si hubiéramos querido sonar a lo que se escucha en 2020, pues nos hubiéramos ido al trap, a los ritmos urbanos y a lo que está funcionando ahora, que también nos encanta. No lo rechazamos ni nos situamos en otra onda por elitismo. Simplemente, teníamos ganas de hablar de unas cosas muy concretas. Creo que ‘Latencia’ es lo que nos une a Rocío y a mí. Haber crecido sintiéndonos diferentes. Queríamos investigar esa diferencia y hacernos fuertes respecto a esa diferencia. No es que rechacemos lo que está sonando ahora, porque el reguetón nos encanta. Queríamos lanzar el mensaje sobre esas experiencias que teníamos en común, que parten de nuestra infancia, de los años 90. Tenía todo el sentido del mundo hablar de cuando descubrí que era maricón y ella que era bollera, una experiencia simétrica, con los sonidos de esa época. Pero no solo eso. Al final se trata de una apuesta estética. Es como si fuéramos pintores y hemos escogido el óleo y no la acuarela. Lo que pintamos, que son los mensajes que lanzamos a través de las letras, es independiente a que lo hagamos con un bombo 909 y un sintetizador Nexus de los 90, o con algo más contemporáneo.   

–En definitiva, canciones con mensaje.

–Rocío: Más que buscarlo, es que nosotras somos así. No es que nos paramos a decir: ‘vamos a hacer esto que sea una Enciclopedia Espasa’. Vivimos así la vida y a través de nuestras letras queremos decirle a la gente que el mundo es el que es, complicado, y hay que saber verbalizarlo en el sufrimiento, lo que a veces resulta bastante difícil. Intentamos sobrellevar nuestros problemas a través de la música y decir que hay que seguir para adelante, que hay que ser optimista.

–Enrique: No nos asusta ser intensas. No vamos a hacer una canción como Georgie Dann de «vamos a la playa» y «me gusta bailar». Me encanta, pero a nosotras nos salen otras cosas.



–En el indie español a veces es incluso difícil entender lo que dicen los cantantes, como para intentar descifrar el mensaje oculto. 

–Enrique: Siempre decimos que canciones hechas por hombres heterosexuales, blancos y de clase privilegiada ya hay muchas. La mayoría son o cuánto me gusta esa chica o cuánto me hace sufrir esa chica. Simplemente que eso lo cante Rocío, ya es distinto. De nuestra experiencia vital y en nuestra boca, las cosas ya cambian. Mensajes de esos del indie español ya tenemos 13 millones de canciones que hablan de lo mismo. Hemos hecho una canción –‘Fauna’– del miedo que pasamos al volver solas a casa de noche. De hecho, el cantante Mikel Izal, con todos mis respetos, nunca va a vivir eso. No va a saber qué es esa experiencia.

–La canción ‘Parálisis’, por ejemplo, es sobre que le damos demasiadas vueltas a todo.

–Rocío: Es un concepto que existe en psicología. Hubo una etapa de mi vida bastante dura, como la hemos tenido todos, y mi psicóloga me dijo que lo que me pasaba es que le daba tantas vueltas a las cosas que al final me bloqueaba Y eso tiene el nombre de parálisis por análisis. Está diagnosticado. Y tengo otra canción que se llama ‘Pseudodemencia depresiva’, que está en el cajón y nunca saqué, que es cuando tienes una depresión muy grande y es como cuando tienes demencia a una edad que no debería tocarte. Es decir, siendo joven no puedes tener demencia. Eso es pseudodemencia depresiva, que se te olvidan las cosas. Es muy fuerte.

–Temas muy alegres, por lo que veo.

–Rocío: Creo que la próxima canción que hagamos será sobre la parálisis del sueño.

–Enrique: Y los terrores nocturnos. ¿Te imaginas?



–Lleváis con mucho orgullo lo de ser un dúo de un gay y una lesbiana. Aunque supongo que no queréis que os encasillen por eso, como cuando dicen que Las Chillers es una ‘girl band’.

–Rocío: Somos una banda de personas, igual que Las Chillers, y no hay por qué categorizarlo en función de la orientación sexual o tu sexo. No entiendo que un grupo de mujeres sea un grupo de chicas y uno de hombres simplemente un grupo. Todos somos personas y somos iguales. Simplemente creo que no es un género diferenciador ni debería serlo.

–Enrique: Lo que sí tenemos claro es que lo llevamos por bandera, en nuestro día a día. Ni nos lo planteamos. Si de repente estamos delante de miles de personas, como pasó durante el pasado verano en varios festivales, y tenemos el micro en la mano, pues lo vamos a decir.

–Rocío: Lo que no queremos es que nos contraten por ser maricones o bolleras, sino por ser artistas, que es lo que somos, y muy buenos.

–No es fácil vivir de la música. 

–Rocío: Aquí solo hay cuatro que viven de la música. Formo parte de la agencia Ground Control, que lleva a bandas como Hinds y The Parrots. Trabajo con casi todos los grupos de este país buscándoles conciertos.

–Enrique: El negocio musical solo me da deudas. Soy periodista ‘freelance’ y estoy abierto a cualquier propuesta, que en el siglo XXI hay que buscarse las castañas.

–Rocío: Nuestra propuesta es arriesgada. Nos metemos en el mismo circuito que Fangoria y La Casa Azul, que ha tardado 20 años en hacerse un hueco. Ahora también funciona Cariño. En este país no es lo mismo ser un grupo de tías, de tíos o de maricones. Eso es así. Es como bajar cinco escalones.

–Enrique: Las grandes cantantes de este país solo llevan músicos que son hombres. Incluso ellas.

–Rocío: Recuerdo que hice la primera gira de Rufus T. Firefly en la producción y no sabes qué follón tenía todos los conciertos para decir que la batería, Julia Martín-Maestro, iba en medio, no detrás. La pelea siempre era esa. Dudamos que vayamos a vivir de la música.

–Enrique: Aunque trabajamos como si eso fuera a ocurrir.



–Como dice Rocío, vuestra propuesta va dirigida a ocupar un hueco similar al de Fangoria y La Casa Azul en los festivales.  

–Enrique: Siempre nos fijamos en los carteles de los festivales que tocamos y te gustará lo que hacemos o no, pero tampoco hay mucho electropop joven en España más allá de Fangoria, que lleva 30 años de trayectoria, La Casa Azul y Miss Caffeina, que ha virado un poco hacia ese estilo. No hay tanto pop electrónico que se pueda programar a las 3 de la mañana en un festival y que aunque no te conozca el público que te ve, pueda estar bailando y disfrutando. Entendemos la música desde la pista de baile y en colectivo, para escucharla con más gente y dándole importancia, que sea lo primordial. En un club, una discoteca, una fiesta… Nuestra música está enfocada a que se pueda bailar siempre. Aunque digamos cosas tristísimas, como comentábamos antes, llorar y bailar es compatible. Nosotras lo hacemos mucho. Y siempre hacemos alguna versión, porque nos encanta homenajear a nuestras diosas de la música –Monterrosa también ha publicado recientemente su propia versión del ‘Resistiré’ del Dúo Dinámico–.

–Rocío: Ahora que estamos en la época como del indie oscurito, reivindicamos una gran fiesta.

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–Uno de los festivales de los que formáis parte del cartel es el Warm Up (la organización mantiene al 80% de los grupos previstos inicialmente para su nueva edición que, si finalmente no se cancela por las circunstancias actuales, se celebrará en octubre).

–Enrique: Nos hace ilusión, porque en Murcia nos hemos pegado unas fiestas impresionantes. Y si la gente puede hacerlo también con nosotras, misión cumplida. Podemos regresar a nuestro planeta.

–Rocío: Murcia me flipa porque la gente tiene un ‘open mind’ como muy grande. A Las Chillers nos han tratado muy bien. 

–Bueno, eso de ‘open mind’ quizás es demasiado generoso después del lío enorme que se montó durante el B-Side Festival de Molina de Segura cuando te quitaste la camiseta en el concierto de Las Chillers en la plaza del Ayuntamiento.

–Rocío: (Risas) Lo recuerdo perfectamente. De hecho no he vuelto a Murcia desde entonces. Igual de repente me ponen un piquete en la puerta. Ojalá.

–¿Cómo viviste toda aquella polémica?

–Rocío: Fueron semanas muy duras y complicadas y se dijeron cosas muy feas. Nadie se puso a valorar que yo no lo pasé especialmente bien, pero estoy muy feliz de la gente que me apoyó y me animó. No voy a dejar que la imagen que tengo de Murcia, donde se celebra uno de mis festivales favoritos, desaparezca. Eso no va a pasar. Generalizar me parece un error. Adoro a Murcia y ojalá vea a todos mis amigos, porque me apetece mucho. La gente de allí se volcó a muerte con este tema. Para mí no significa nada que en Molina de Segura hubiera un grupo pequeño de gente que quería hacer daño. En la Región hay gente maravillosa, como Kuve, Road Ramos…

52 «fascistas» en el Congreso

–En la canción, ‘Flores en el parking’, primer adelanto de vuestro nuevo álbum, ‘Piel divina’ –del que también se conoce el tema ‘El temblor–, habéis comentado que es un poco vuestra manera de responder al avance de la ultraderecha, aparte de un homenaje a todas aquellas personas que murieron para facilitar la vida a las actuales generaciones.

–Enrique: Nosotras no podríamos vivir nuestra vida con libertad, en la medida en que podamos hacerlo, si no fuera porque en la historia hubo mucha gente que dedicó su vida (a veces incluso perdiéndola) para que la comunidad LGTBIQ+ fuera obteniendo derechos y respeto. Cuando lanzamos ‘Flores en el parking’ la acompañamos de un homenaje a todas esas personas, empezando por Paco Clavel, que aparece en el vídeo, y referentes como Lorca, Gloria Fuertes y Gil de Biedma, pero también Paco España y Carmen de Mairena. Personas que vivieron su vida sin ocultar quiénes eran y a los que les debemos hacer lo mismo, dejarle a las nuevas generaciones un mundo mejor que el que nos encontramos. En un momento en el que tenemos a más de 50 fascistas en el Congreso de los Diputados, no podemos dormirnos en los laureles. Los derechos se pueden perder, como ya ocurrió a principios del siglo XX. Las mujeres en España votaron por primera vez en los años 30, durante la Segunda República, y tuvieron que pasar décadas para que volvieran a hacerlo.

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