Wakame: «Subirnos a un escenario en chándal y darle a un botón no nos haría más felices»

 
 

Los componentes de Wakame: Álvaro Sánchez, Capi Llor, Toni Bastida y Lolo Walls. / PATRICK MARÍN

 

El cuarteto murciano presenta ‘Relojes de arena’, el segundo adelanto de su primer disco, producido por Carlos Hernández, que verá la luz la próxima primavera


El wakame es un alga comestible que se utiliza principalmente en Japón y Corea para sopas como la de miso. Tiene un sabor suave que hace que se pueda combinar en multitud de platos y algunas de sus propiedades son combatir enfermedades óseas o su poder antioxidante. Aquí en España la podemos encontrar, sin ir más lejos, en Mercadona, donde se vende lista para, por ejemplo, acompañar ensaladas. Lo más importante antes de su preparación es la congelación previa, puesto que asegura la conservación de todos sus nutrientes y beneficios hasta el momento de su cocción. Algo parecido ha sucedido con cuatro chicos de Murcia que antes de la pandemia se llamaban Funicular. Tras publicar un EP, decidieron que era buen momento para dar un paso adelante en su proyecto, cambiar de piel y profesionalizar (y doblar) su apuesta. Aprovecharon la pandemia para trabajar en su nueva propuesta y la cocinaron a fuego lento, grabando junto a una referencia nacional como lo es el productor Carlos Hernández para terminar por anunciar su nuevo nombre hace apenas unos meses. Una vez fuera del proceso de congelación, Wakame están listos para aliñar escenarios y festivales de allá donde los llamen, con la ilusión de conquistar paso a paso al público de todo el país sin haber perdido un ápice de los puntos fuertes que ya apuntaban con Funicular. No obstante, el wakame está en la lista nacional de especies exóticas invasoras.

Hoy estrenamos en Alternavivo ‘Relojes de arena’, el segundo adelanto de este primer disco de la banda, que verá la luz en la primavera de 2023 y hemos aprovechado para charlar con Toni Bastida, Álvaro Sánchez, Lolo Walls y Capi Llor, los ingredientes que dan vida a Wakame.

–La primera pregunta es obligada, ¿qué os llevó a cambiar de Funicular a Wakame? Tengo entendido que es algo que, aunque desvelado hace poco, ya teníais decidido desde hace tiempo.

–Así es. Ya es un secreto a voces, pero lo cierto es que, si nos paramos a evaluar el periodo que lleva en marcha Wakame, aunque sea filosóficamente hablando, es mayor que el del antiguo proyecto. Teníamos pensado, hablado y decidido desde hace tiempo que iba a ser así y, aunque tuvimos que esperar a finales de 2022 para materializarlo, así ha sido. Hay que tener en cuenta que nosotros con el anterior grupo dejamos de hacer cosas en 2019 y tras eso pusimos un punto (y aparte). Grabar un disco a finales de 2020 y principios de 2021 nos ayudó a coger poso, pensar en qué rumbo tomar y en cómo abordar a partir de ese momento todo. Tuvimos claro tras grabar el LP que todo había cambiado, que todo era nuevo. En nosotros (y a nivel de gestión, producción, composición…) todo ha cambiado también. Si es que hay una razón, o la tiene que haber, es sin más eso. Un punto y aparte.

–Habladnos, lo que podáis, sobre el nuevo disco.

–Pues el nuevo disco, para nuestro gusto, es bastante redondo. Como hemos mencionado antes, se grabó entre finales de 2020 y principios de 2021. Lo hemos mimado mucho y hemos puesto mucha leña para que cuando empecemos a girar (o rodar) con él, se demuestre además que es un buen disco. El productor es uno de los papis del rock patrio, Carlos Hernández, más conocido por producir auténticos pepinazos de discos a Carolina Durante, Viva Suecia, Los Planetas y Triángulo de Amor Bizarro. Era uno de los puntos que necesitábamos para acercarnos mucho más a esa filosofía de grupo de la que hablamos, y lo estamos consiguiendo. Por el momento, estamos tirando de artesanía y vamos a ir dándole protagonismo a cada tema. Y ahora mismo toca ‘Relojes de arena’.

 
 
 

–Por lo que tengo entendido, lo habéis tenido en la nevera un tiempo esperando el momento para sacarlo. ¿Cuál fue la razón?

–Las razones son muchas y aburridas, la verdad. La primera vino de Wuhan, y vino calentita además. El tema de la pandemia aburre, lo sabemos, pero hay que ser conscientes de que estuvo a punto de fastidiar (joder muchísimo, vamos) a mucha gente de la industria musical, y no precisamente a los músicos exclusivamente. Hubo momentos fastidiados para gente que come de montar escenarios, luces, promotores… Nosotros en ese aspecto, gracias a Tutatis, tenemos nuestros trabajos, y casualmente la mayor parte de nosotros nos dedicamos a la sanidad. Así que digamos que hemos tenido que posponer un poco no solo el grupo, sino nuestras vidas, ya que hubo un período en el que solo nos podíamos mezclar con la burbuja del hospital y con el repartidor de Amazon, si eso.

Otra razón, así por hablar de algo más que de bichos, ha sido esperar al momento menos malo consensuándolo con el sello discográfico. Ellos también son muy artesanos con lo que hacen y lo que sacan, y así nos lo transmiten. Realmente ha sido un año y un poquito más desde que lo tuvimos, pero en la música un año pasa rápido. Ya pensamos en el siguiente, no te creas que no.

–Las sinergias con otros grupos y artistas para bandas que ‘comienzan’ es siempre importante. ¿Habrá alguna colaboración?

–La va a haber y nos derretimos de ganas por sacar el tema. Hacer cosas con gente que queremos y admiramos es, y está siendo ‘mu bonico’. Por el momento nos guardamos la carta de desvelarlo, pero nos queman las manos por tenerlo ya fuera. Hasta aquí podemos leer.

–¿El cambio de nombre conlleva también uno de identidad? ¿Va a haber también evolución en el sonido entre Funicular y Wakame?

–Definitivamente sí. Si hablamos de desarrollo, también hablamos de un desarrollo en el sonido, la producción, el directo. Lógicamente, Toni es Toni y su voz está ahí, que no se espere nadie un nuevo grupo de rock sinfónico ni de baladas. Lo importante es que estamos a cada momento componiendo lo que nos nace y de momento consideramos que nos nace una evolución de todo lo que teníamos.

 
 

–Existe un pensamiento generalizado de que la música alternativa ha pasado en unos años de ser parecida a vuestra propuesta, con el rock más guitarrero como punta de lanza, a una tendencia más urbana. ¿Cómo os sentís ahora mismo en este ecosistema?

–Lo pensamos constantemente. Pero bueno, así como este 2022 los escenarios han sido copados por cantantes/grupos de urban, creemos que la gente pide también grupos o echa en falta grupos con propuestas sólidas y la vuelta de los himnos. Es difícil si vas por tu cuenta meterte en letra pequeña en los ‘festis’, imagina si encima el estilo que defiendes se ha vuelto más impopular (o menos rentable) para la industria. Todo es más fácil para tener un espacio si vas de la mano de una multinacional, y estas además hacen simbiosis con la industria. Es complejo.

Como grupo que empieza de cero consideramos que es cuestión de trabajar, sacar contenido de calidad, estar contentos con lo que hacemos y seguir siendo felices con lo que aportamos. No creemos que subirnos a un escenario poniéndonos un chándal y dándole a un botón seríamos mucho más felices, aunque eso fuese más funcional y rentable a nivel de la industria.

–2021 y 2022 han sido dos años donde se nota que había muchas cuentas pendientes de saldar entre la industria musical. Muchos festivales y giras atrasadas y bandas grandes que debían volver a tocar. ¿Creéis que 2023 será más propicio para lanzar nuevas propuestas una vez los grupos más grandes vuelvan a dejar espacio para ellas?

–Claro, es que este 2022 ha venido fuerte con grupos de habla hispana que tenían en la chistera auténticos discazos y propuestas como para que sean incontestables. Espacio siempre hay, pero sí que es cierto que sobre 2018/19 se focalizó mucho en los grupos emergentes y quizá esa tendencia está un poco más aparcada para darle cabida a la rentabilidad a corto plazo, y eso solo lo garantizan los grupos de las multis y el apoyo de la industria (y de las marcas, y de la gente de las radios, la publicidad…). No podemos saber lo que pasará en 2023, pero lo que sí sabemos es que a la escala que sea, vamos a intentar seguir currando y dando argumentos al personal que nos escuche para que nos meta, aunque sea, en su lista de reproducción del crossfit. 


Los años 2018 y 2019 se focalizaron mucho en los grupos emergentes y quizá ahora esa tendencia está un poco más aparcada para darle cabida a la rentabilidad a corto plazo
— Wakame

–¿Me podríais nombrar cinco discos que hayan marcado el camino de Wakame? Puede ser por afinidad, porque os hayan marcado en el sonido, o simplemente porque os han empujado a empezar a tocar.

–Sin duda, nos nutrimos de muchos grupos y discos, pero podría decirse que las canciones más ‘singlelazo’ son (o pretenden ser) muy ‘Pacorromaneras’. Es por eso que siempre hay un pedacito de Neuman, aunque sea de refilón, en esos temas que son más cañeros. Igualmente, mentiríamos si dijésemos que los primeros discos de nuestros compadres de Viva Suecia no son una influencia directa. Sin embargo, tanto este disco como las nuevas composiciones empiezan a tener matices de influencias internacionales como Interpol, White Lies y Royal Blood. Así podríamos estar tardes y tardes, pero se nos acabaría enfriando el café. Estos serían los discos:

’Our love to admire’, de Interpol.

‘Only revolutions’, de Biffy Clyro.

’A black mile to the surface’, de Manchester Orchestra.

’Hot fuss’, de The Killers.

’Moral panic’, de Nothing But Thieves.

 
 

–Wakame nace en Murcia. Más allá del hecho de ser un lugar con muchas bandas de referencia, contadnos los pros y los contras de ser un grupo de la periferia y cómo afecta a la hora de crecer.

–Curiosamente estamos viendo que el mayor ‘pool’ de reproducciones de nuestro primer ‘single’, ‘Metaverso’, no viene de Murcia. Hemos aparecido en varias listas a nivel nacional y tenemos una proporción muchísimo mayor de oyentes en Madrid y Cataluña que en nuestra tierra. Tampoco nos pilla de sorpresa, ya que en el mundo de la música en Murcia están los que están y son los que son, hasta que el que lo tiene que decir diga lo contrario. Por otra parte, cuando a nivel nacional despunta un grupo de Murcia, siempre se mira con buen ojo. No queremos decir con esto que hayamos despuntado, o que lo vayamos a hacer. Al final el sello que ha apostado por nuestro disco (Entrebotones) es de Madrid, y ellos han creído en la propuesta. Dispuestos a crecer estamos, aunque sea poco y sea difícil. 

–Si nos vamos más allá de la música, en Wakame hay varios integrantes relacionados con el mundo sanitario. ¿Cómo vivisteis 2020 y en qué lugar quedó la música una vez estabais dentro de la vorágine laboral y de incertidumbre que supuso la pandemia en sus momentos más duros?

–Nos tuvimos que inventar #COSICAS porque lógicamente no solo no podíamos quedar a ensayar, sino que no podíamos quedar con absolutamente nadie, ya que estábamos expuestos directamente a un riesgo constante. La verdad, la mente tiende a desechar los recuerdos menos buenos y casi que no podríamos concretar sobre lo duro o no que acabó siendo mentalmente para la gente que estuvo tan expuesta, como lo estuvimos nosotros, ese 2020.

Pero bueno, tenemos que ver el vaso siempre medio lleno (y si puede ser de cerveza). Por culpa de ese período nos reinventamos para acabar de componer un discazo, con vídeos en casa, grabaciones a metrónomo de las pistas que trabajábamos y enviábamos para unir y premaquetar, nos manteníamos en comunicación constante como si estuviésemos teletrabajando y, en definitiva, la música también nos alivió un poco la mente para estar distraídos con la que teníamos encima. Por eso decimos que es todo distinto en Wakame, hasta nosotros mismos hemos cambiado drásticamente.

 

Wakame en una foto de promoción / PATRICK MARÍN

 

–Hagamos un ejercicio de imaginación, pero también de realismo. Si nos volviésemos a sentar a hablar dentro de, pongamos, tres años, ¿qué preguntas os gustaría que os hiciese?

–Nos encantaría que nos preguntases: «¿Cómo vivisteis este pasado 2024 habiendo tocado en carteles de México DF, La Plata, Santiago de Chile y Montevideo?». «¿Os imaginabais que os iban a conocer más en Latinoamérica que en Murcia?».

Realmente no aspiramos a tocar en escenarios importantes, aspiramos a comer bien allá donde vayamos. Por eso en las fiestas de El Palmar disfrutamos tanto: el catering ha sido el mejor hasta el momento. Como nos tengas que hacer esa pregunta en 2025 ya sabes que, si estás dispuesto a que probemos cosas por Latam, estás fichado de jefe de prensa.