La propuesta de _juno toma Murcia en su primer asalto

 
 
_juno durante su concierto en el Teatro Circo Murcia. / CARLOS GARCÍA

_juno durante su concierto en el Teatro Circo Murcia. / CARLOS GARCÍA

 

El proyecto de Zahara y Martí Perarnau IV conquista con su apuesta mitad melancólica, mitad electrónica, al público del Teatro Circo Murcia, sediento de volver a la normalidad


El concierto de _juno del sábado, 10 de abril, en el Teatro Circo Murcia fue especial. Pero no especial como esa manida palabra que muchas veces utilizamos los que nos dedicamos a poner en negro sobre blanco lo que hemos sentido después de un bolo. No, no es ese mantra con el que pasar la mano por el lomo del artista de turno. Fue especial porque hacía seis meses que no sentía el cosquilleo de ver a alguien a quien admiras aparecer en un escenario, los graves en el pecho o los aplausos entregados del público. Tampoco las cervezas de antes, comentando lo que podíamos esperar, ni volver a ver a gente que te sueles cruzar de concierto en concierto. Es cierto que al salir han faltado las sonrisas de satisfacción, escondidas por mascarillas que llevan un año haciendo que solo se intuyan según lo que cada cual guiñe los ojos, pero estoy seguro de que las ha habido. Y muchas. Han sido meses muy duros los que hemos vivido en este rinconcito de la Península y la falta de música en directo no deja de ser un daño colateral, mínimo, insignificante y anecdótico, comparado con lo que hemos pasado. Pero volver a vivir tardes como las del sábado nos hacen ver una luz entre toda la oscuridad que nos ha rodeado últimamente.

_juno son Zahara y Martí Perarnau IV. El proyecto que la pareja decidió gestar a solas y en secreto en una masía de Tarragona en 2019, en una especie de preconfinamiento voluntario, y vio la luz en julio de 2020, cuando habíamos pasado ya el obligatorio. ‘_BCN626’ ha sido el disco de mucha gente durante este último año, viéndose fácilmente representados en la melancolía que lo envuelve. Pocos conciertos más adecuados se me ocurren y pocos lugares más perfectos que el Teatro Circo Murcia para volver a recuperar sensaciones aun manteniendo los pies en el suelo y el trasero pegado a la butaca.

Un puñado de teclados, una guitarra, un ordenador, un solemne pero sofisticado juego de luces y «unos cuantos cacharros que tienen más años que todos nosotros», en palabras de Martí Perarnau, fueron las armas con las que _juno se presentó por primera vez en Murcia. Era el último viaje, porque así lo llaman ellos, un viaje distinto cada noche, al que se enfrentaban hasta dentro de un tiempo y se notaban sus ganas de que todo saliese perfecto. Arrancaron con ‘BCN626’, ‘He visto cosas que solo tú has visto’ y ‘A dos metros bajo tierra’. Tres de las píldoras más destacadas de su primer disco, el cual tocaron al completo.

Otro de los trabajos que nos acompañó a muchos durante 2020 fue ‘Folklore’. ‘Exile’ se erigió en una de las canciones más populares del año innombrable y fue una sorpresa cómo Zahara y Martí se convertían en Taylor Swift y Bon Iver para regalarnos uno de los momentos más emotivos de la tarde. La verdad, cuesta muy poco pensar en Justin Vernon cuando uno ve a Martí rodeado de sintetizadores, con casco y el pelo alborotado. Ahora que Bon Iver tiene más atención mediática que nunca y muchos artistas buscan acercarse a su sonido y figura, conviene recordar que en Mucho tenemos un proyecto que, desde la más absoluta personalidad propia, bebe de ellos desde hace años.

_juno (Zahara y Martí Perarnau IV) en el Teatro Circo Murcia. / CARLOS GARCÍA

_juno (Zahara y Martí Perarnau IV) en el Teatro Circo Murcia. / CARLOS GARCÍA

Al final de ‘Exile’ el suelo del Teatro Circo se descubre lleno de luces led y una plataforma se deja ver detrás del dúo. Plataforma en la que Zahara dio rienda suelta a aquello que todos queremos, bailar sin importarnos nada ni nadie, mientras suena el final electrónico de ‘Los otros’, con Martí dirigiendo la amalgama de sonidos desde su teclado multiplicado por cien. Fue el aplauso más largo y emotivo de la tarde. Todos nos vimos reflejados en Zahara bailando en una tarima como si el tiempo se hubiese parado en 2019, como si lo que vino después no nos hubiese arrebatado los clubs, los bailes y la desvergüenza.


Zahara y Martí Perarnau tienen una complicidad absoluta al componer, sí, pero también encima de las tablas. Son continuos los choques de puños, las sonrisas… y las miradas


La segunda parte del concierto fue más calmada, con los ‘loops’ de ‘Déjame entrar’, ‘El infinito’ y la vuelta a la electrónica de la mano de ‘Domingo de resurrección’. El otro momento alejado de ‘_BCN626’ fue la versión de ‘So payaso’ de Extremoduro, salpicada en su parte intermedia con el ‘Fallin’ de Alicia Keys. Es aquí cuando se da un momento, a mi modo de ver, que sería buen resumen de lo que es _juno. A Zahara le entra la risa justo al acabar el guiño a Alicia Keys por parte de Martí, probablemente por algo que solo ella y él sabrán. Él la mira, mientras ella continúa cantando con una dulzura completamente contrapuesta a la agresividad de Robe Iniesta, y le sonríe. Ella continúa y queda una versión preciosa. _juno es, al fin y al cabo, una historia de amor. Y en el amor, todos lo sabemos, no hay nada como el humor para convertir en Vida, con mayúsculas, los pequeños contratiempos.

Zahara y Martí Perarnau tienen una complicidad absoluta al componer, sí, pero también encima de las tablas y así lo demostraron el sábado. Son continuos los choques de puños, las sonrisas y las miradas. Y bueno, los ojos, chico, nunca mienten. Así, el final del concierto fue un canto absoluto a la historia de amor de _juno. ‘La aseguradora de incendios’ y ‘Casamurada’ son dos temas en los que leer sus vidas en los últimos años. Y así lo sienten ellos y, lo que es más importante, lo hicieron sentir al público. Sin más, y fieles a ese toque humorístico que el dúo tiene en sus adentros, se despidieron del escenario bailando mientras sonaba el ‘Midnight sky’ de Miley Cyrus.

Es curioso, estoy terminando esta crónica solo tres horas después de acabar el concierto, cuando normalmente nunca escribo antes de pasado un día o dos. A esta hora debería estar aún en este bar o en aquel, con la gente a la que quiero cerca y bailando como Zahara en esa plataforma que ahora debe estar plegada en una furgoneta, pero resulta que lo único especial no ha sido la hora y media de _juno. Ojalá. Esos bares están cerrados y la Covid nos encierra en casa a partir de las 22.00. Pero días como hoy nos ayudan a creer en que, aunque lo especial se ha tornado normalidad, ya queda menos para que recupere su significado real.


Antes de terminar, querría destacar el trabajo de la gente del Teatro Circo para crear un espacio seguro en el que la cultura se pueda abrir paso en esta época que nos ha tocado vivir. Distancia, mascarilla, desinfección y entrada y salida ordenadas tal y como mandan los tiempos. Gracias a ellos y a promotores como Silbato Producciones podemos volver a recuperar sensaciones que echábamos mucho de menos y esperamos que se consoliden en los próximos meses.