Pablo Sánchez: «Fue un hostión no poder arrancar la gira de Ciudad Jara»

 
El cantante y compositor Pablo Sánchez Pardines. / ANA MÁÑEZ

El cantante y compositor Pablo Sánchez Pardines. / ANA MÁÑEZ

 

El excantante de La Raíz nos habla del primer álbum, ‘Donde nace el infarto’, de su nuevo proyecto en solitario y sobre la frustración de tener que esperar, por un tiempo indefinido, para subirse por primera vez a los escenarios para presentar las canciones


Toda separación es dura en el mundo de la música. Sin embargo, hay artistas que saben sobreponerse ante un amargo desenlace con grandes trabajos en los que creen desde tiempo atrás. Uno de ellos es Pablo Sánchez Pardines (Benirredrá, Valencia, 1980), cantante de Ciudad Jara y exlíder de La Raíz –que anunció un parón indefinido en 2018–, quien el pasado mes de febrero publicó el primer disco de su nuevo proyecto en solitario bajo el título ‘Donde nace el infarto’, en el que se desnuda poéticamente con letras más íntimas y personales a las que nos tenía acostumbrados. El vocalista y compositor nos cuenta cómo está viviendo este periodo de confinamiento en unas semanas en las que Ciudad Jara iba a subirse al escenario por primera vez –el lugar elegido era Madrid los días 19 y 20 de marzo– y la incertidumbre de no saber cuándo volverá a ser posible.   

–Me gustaría empezar preguntándote por Tato, el guitarrista de Ciudad Jara –que a quien no lo conozca, he de decir que es buenísimo–. Si no me equivoco, hace unos años tuvisteis una banda llamada Farenhate. Cuando acabó aquel proyecto, ¿pensabais que volveríais a montar otra banda en el futuro? ¿O ha sido cosa del destino?

–No lo pensábamos. Por mi parte sí que tenía como una fantasía mental de que algún día volvería a hacer algo con él, porque la ruptura de Farenhate se debió a causas forzadas. Simplemente se fue a trabajar fuera. Éramos un grupo muy pequeño y en aquella época internet casi no existía. Solo estaba MySpace y era difícil encontrar la manera de vivir de la música. Y nosotros hicimos un grupito que tocó mucho por la zona, pero no nos daba dinero. Y él era un guitarrista muy bueno al que enseguida ficharon para que trabajara como músico de estudio en Madrid y grabara para otra gente. Se fue para ganarse la vida. Y muchas veces nos decíamos eso de ‘a ver si algún día…’. Especialmente cuando nos poníamos un poco borrachos, siempre nos decíamos ‘algún día haremos otra banda’. Y se ha dado la casualidad de que el tiempo lo ha traído otra vez y ha estado tocando en algunos grupos de la Comunidad Valenciana, como La Gossa Sorda y Xavi Sarrià, aparte de seguir siendo músico de estudio en Madrid. Así que aprovechando que ya estaba aquí instalado, era el momento de intentar hacer algo.

–Aunque se tuvo que aplazar por los motivos que ya todos conocemos, ¿cómo os sentisteis al saber que, sin haber sacado aún el disco, vendisteis todas las entradas para los dos conciertos en la sala Joy Eslava de Madrid, el 19 y 20 de marzo? ¿Había mucha presión o responsabilidad?

–Había presión porque creo que cualquier artista que va a presentar un proyecto nuevo tiene un montón de presión y da igual que haya ‘sold out’ o no, la presentación te pone muy atacado, te pone fuera de ti en la preparación del evento. Y estaba muy nervioso, pero me daba igual que hubiera lleno, como si solo iban 30 personas. Estaba nerviosísimo. Nos sorprendió mucho que se vendieran todas las entradas tan rápido. Al ser una sala para mil personas y venir de un proyecto muy potente como es La Raíz, llevas la inercia de que la gente, de algún modo, te conoce, y siempre puedes plantearte que se va a llenar, pero no así, con ese ritmo.  

–Creo que acabáis de anunciar que el concierto será finalmente el 1 de octubre, pero en una sala más grande, La Riviera. ¿Os planteáis añadir una segunda fecha?

–En principio será una única fecha. Lo que pasa es que, en teoría, cabe el doble de gente. Aunque la verdad es que, con todo lo que está pasando, ya no sé si llegaremos a tiempo a esa fecha o si se va a modificar en algo la normativa de los aforos.

–Durante este confinamiento, hay una banda llamada Stay Homas que se ha hecho popular en las redes sociales con sus vídeos y la participación de algunos artistas. El pasado 30 de marzo Ciudad Jara se convirtió en uno de esos invitados especiales. ¿Cómo surgió esta colaboración? ¿La podremos ver en directo algún día?

–Pues ojalá. Con ellos he conocido a gente muy talentosa que seguramente habremos coincidido mucho en el circuito, cuando estaba en La Raíz y ellos con sus grupos, Buhos y Doctor Prats, que tocan también un montón, pero personalmente no los había conocido. Así que tuve la oportunidad de hablar con ellos por teléfono y hacer la colaboración y me di cuenta de que estoy rodeado de gente llena de talento. Me da pena no haberlos conocido antes. Todo surgió porque mi hermano Panxo –cantante de ZOO– hizo con ellos una colaboración y me dije: ‘Pues voy a escribirles’. Estaba un poco desanimado porque llevábamos ya diez días de confinamiento y todavía tenía reciente el hostión de que Ciudad Jara no pudiera arrancar la gira justo una semana antes, hacer la presentación del disco en directo. Y eso me subió el ánimo, me gustó mucho hacerlo.

 
 

–Siguiendo el hilo de las redes sociales, una gran cantidad de músicos y bandas están realizando conciertos en directo en Instagram y Facebook. ¿Puede que veamos dentro de poco a Ciudad Jara o a ti en solitario tocando a través de nuestras pantallas?

–Pues puede ser. No nos lo hemos planteado porque mi situación en casa es un poco difícil para permitirme hacer un directo tranquilamente. Tengo a una niña de un año y medio y mi casa es muy pequeña. En cuanto me oye, se me tira encima y no me deja tocar la guitarra ni el piano (risas). Está encima de mí cada vez que hago música, y le gusta mucho. Tendría que aprovechar, y esto te lo cuento porque me lo he planteado muchas veces, el hueco en el que ella se duerme. Pero claro, como la casa es tan pequeña, no puedo hacerlo fuerte porque se va a despertar. Es una situación jodida para hacer eso. No obstante, veremos si encuentro la manera de hacerlo.  

–Muchos artistas nos han contado que componen mejor cuando pasan por una mala época personal o profesional. En tu caso, ¿cuál es el mejor momento para encontrar la inspiración a la hora de escribir? Y por otro lado, me gustaría saber si estás aprovechando también este confinamiento para seguir componiendo.

–Sí que es verdad que cuando estás en un mal momento, la inspiración parece que de alguna manera brote, de manera natural, y seguramente mucha parte de la culpa de la inspiración que he tenido para el disco de Ciudad Jara se debe a una fase emocional muy chunga. Entonces, por un lado es verdad, pero también es muy importante para estar inspirado tener una buena vida social. Bueno no, tener una vida social. Vivir experiencias que te alegran y te joden, tener conocimiento de lo que está pasando la gente de tu alrededor, no tú mismo, sino la gente de alrededor, para poder hablar con conocimiento de causa de algunas cosas y con un poco de fundamento. Y leer. Me gusta mucho leer. Supongo que habrá otra gente que prefiera ver películas y se inspire con eso. No lo sé. En mi caso, el confinamiento me está jodiendo porque sí que me apetece mucho escribir, pero no sabía lo que era estar 24 horas con un bebé en una casa tan pequeña. Me deja poco tiempo. No obstante, sacaré alguna cosita seguro de esta vivencia.  

–Y ya hablando del disco, ‘Donde nace el infarto’, una de las colaboraciones es con la murciana Road Ramos, que ya fue telonera de La Raíz en su concierto de aquí en 2017. ¿Os conocisteis aquel día o la relación ya venía de antes?

–Pues la relación viene porque la conocía de oídas. Sabía que era una artista del circuito independiente, que tocaba en salas y que iba con su guitarra. Es una persona muy valiente. Creo que todo surgió por una versión que hizo de ‘La hoguera de los continentes’. Entonces, a raíz de eso quedamos para que actuara como telonera en nuestro concierto. Ahí la conocimos un poquito y sobre todo yo hice una buena amistad con ella. En el disco, en ‘Ultramar’ recita una poesía y en ‘Las Manos’ canta. Es una persona muy carismática, muy graciosa. Se vino a los estudios Casa Murada a grabar y la verdad es que deja huella.     


El confinamiento me está jodiendo porque sí que me apetece mucho escribir, pero no sabía lo que era estar 24 horas con un bebé en una casa tan pequeña

–Otra colaboración importante dentro del disco es de Rozalén en el tema ‘Las nanas de Jara’, que pone broche al álbum con esa canción dedicada a tu hija. Si no me equivoco, la grabasteis por separado cada uno en un estudio.

–Sí, muchas veces las colaboraciones son imposibles de hacerlas en el mismo estudio. En La Raíz, en el segundo disco, colaboramos con La Vela Puerca, y lo hicieron desde Uruguay. En el último hay una de Ruso, cantante de un grupo mítico de Madrid de los 90 –Hechos Contra El Decoro–, que la grabó en Madrid. Intentamos buscar que todas las colaboraciones de La Raíz y Ciudad Jara sean con gente amiga que puede venir al estudio, pero siempre hay algún caso en que es imposible y lo haces a distancia. Hoy en día es fácil hacerlo y yo mismo he grabado con otra gente, y no se nota. Eso sí, pierdes la experiencia que te ofrece estar un día con esa persona haciendo una canción. En el caso de Rozalén, era muy difícil porque es una cantante que está siempre metida en mil cosas a la vez. No podía venirse a Tarragona a hacer esa canción.

–Y si este estado de alarma acaba pronto, como todos deseamos, para que vuelva la música en directo, ¿sería una buena ocasión para la colaboración conjunta de ‘Las nanas de Jara’ en directo en el festival Leturalma –un festival organizado por la propia Rozalén en su pueblo, Letur– ?

–Pues hombre, ojalá. Demasiado buena noticia sería esa, que a finales de julio ya se pudiera hacer algún festival. Ojalá.


Es muy importante para estar inspirado tener una buena vida social. Bueno no, tener una vida social

–Y ya que tuvo que suspenderse el concierto del pasado 27 de marzo en la Sala Gamma. ¿Nos volveremos a ver en Murcia?

–Claro. Cuando sea posible tocaremos en Murcia.