Rodrigo Cominero: «En las noticias solo se cuenta que hay un incendio, pero no que el campo volverá a crecer»

 
Los componentes de Sonograma, con Rodrigo Cominero (i). / PROMO

Los componentes de Sonograma, con Rodrigo Cominero (i). / PROMO

 

Cinco años después de su disco debut, Sonograma publicará en junio su segundo trabajo, del que ya han avanzado dos temas, ‘Arde el imperio’ y ‘Estás mejor callado’. Hablamos con su cantante y guitarrista, además de músico en directo de Viva Suecia y, previamente, Rufus T. Firefly, sobre el nuevo disco y la «realidad superficial» de las redes sociales


Es más que probable que conozcas a Rodrigo Cominero (Madrid, 1991) aun sin saberlo. Lleva muchos años encima de un escenario, ya sea con Rufus T. Firefly, con quienes estuvo durante un buen tiempo, o con Viva Suecia, a quienes acompaña en directo a partir de la grabación de ‘El Milagro’. Estos días Sonograma ha estrenado ‘Estás mejor callado’, segundo avance de su nuevo disco, aún sin título confirmado, que tiene prevista su salida a la luz el próximo mes de junio. En Sonograma, además de Rodrigo, están Víctor Pescador (Ángel Stanich), Ángel Herranz (La llamada, Rubén Pozo) y Daniel Campillo (Kuve), y el trabajo ha sido producido por Juanma Latorre (Vetusta Morla) y grabado por Dany Richter. Toda una amalgama de talento cuyo resultado ha generado mucho interés dentro de la escena nacional..

–Primero y antes de nada, cuéntanos acerca de Sonograma y cómo surge la idea de volver ahora.

–La banda lleva funcionando más de diez años. En 2015 lanzamos nuestro primer disco, ‘Tormenta’, el cual giramos, pero llegó un momento en el que empezaron a surgir otros proyectos y trabajos que nos exigían más tiempo. Eso sí, no la hemos dejado en ningún momento. Solo que trabajábamos cada uno en nuestras cosas y no podíamos avanzar todo lo que nos gustaría.

–Y ahora habéis encontrado el tiempo para retomarlo…

–Ha sido un poco cuestión de obligarnos y ponernos una fecha. No tener ‘deadlines’ hace que las cosas se alarguen mucho en el tiempo. Decidimos profesionalizarnos, ponernos un calendario para grabar el disco y darle continuidad a Sonograma. Así ha sido un poco como hemos reconducido el proyecto, aunque es verdad que nunca dejamos de vernos y ensayar. En fin, que si no se tienen metas, es muy complicado cumplirlas. Y las pequeñas metas fueron hacer las canciones, buscar estudio, productor… Y cuando te quieres dar cuenta, tienes un disco que presentar.

 
 

–Imagino que ese primer paso, hacer las canciones, será el más importante.

–Todo esto se trata de sentarse a hacer canciones. Las musas no van a llegar un día a decirte «oye, tengo aquí dos estrofas y tres estribillos para ti». Eso no pasa. Hay que sentarse, trabajar y pensar en qué quieres decir y la manera de hacerlo. Las canciones normalmente tratan de cosas que te han pasado o tienen que ver contigo, sí, pero surgen del trabajo. Y la filosofía del trabajo es algo que siempre hemos tenido claro en el grupo. Lo que pasa es que nuestros trabajos por separado hacían difícil dar continuidad a Sonograma.

–Habrá quien piense que el parón en el que estamos viviendo desde hace ya muchos meses os habrá echado un cable para sacar adelante la continuación de ‘Tormenta’.

–Pues fíjate, no es así. El disco lleva grabado desde hace un año, antes de que la pandemia lo cambiase todo. La idea era que los ‘singles’ fuesen saliendo desde hace meses, pero todos los planes se fueron al traste. Al acabar el disco teníamos claro que queríamos una agencia que apostase por nosotros y encontramos a Artica. Hablamos con ellos porque teníamos muy pensado el recorrido del disco. Queríamos ‘videolyrics’ bonitos, un videoclip, esto y lo otro… El arte del disco lo empezamos a trabajar a inicios de 2020. Así que bueno, el trabajo hecho se ha ido acumulando y es ahora cuando hemos decidido que la gente escuche las canciones, que al fin y al cabo es el porqué de todo. Volvemos a lo de las metas y a la necesidad poner fechas a las cosas.


¿De qué sirve un filtro que te ponga una sonrisa bonita si luego eres una persona de mierda? Prefiero a alguien sin los piños perfectos, pero que tenga algo que decir
— Rodrigo Cominero

–De momento habéis estrenado dos adelantos, ‘Arde el imperio’ y ahora ‘Estás mejor callado’, donde se nota que la imagen está muy cuidada. El segundo es una crítica directa a las redes sociales y la actitud de la gente en ella.

–’Estás mejor callado’ es una canción más blandita que ‘Arde el imperio’, con muchas capas de sintetizadores y melodías bonitas. Sin embargo, de lo que habla no es nada bonito. El mensaje que queremos transmitir es que estamos siendo obligados a ser felices a la fuerza. Es una letra dura. Y de hecho hay más canciones en el disco que abordan este tema, que parece que ahora es más importante cómo cuentas algo a lo que estás contando. Vivimos una realidad superficial en las RRSS que es el reverso oscuro a la parte positiva que tienen: conectar con tus amigos, dar visibilidad a proyectos… La vida no va de tener muchos ‘likes’, sino de decir lo que piensas, tener ideales. A mí desde luego eso no me gusta. Tampoco estoy diciendo que haya que ir llorando por las redes sociales, pero sí pienso que nos vemos un poco forzados en poner el foco en el envoltorio y no en el contenido. ¿De qué sirve un filtro que te ponga una sonrisa bonita si luego eres una persona de mierda? Prefiero a alguien sin los piños perfectos, pero que tenga algo que decir.

–Da mucha pereza esa gente que se esfuerza por que parezca que tiene una vida perfecta, ¿verdad?

–Es que debe ser agotador. Yo lo hablo mucho con amigos músicos, en la parte que nos corresponde. Porque hemos llegado al punto en el que el artista tiene que crear contenido mucho más allá de la música. Sinceramente, no me imagino a Prince o a Bowie haciéndose una foto y diciendo «estoy aquí, comiéndome una hamburguesa», mientras sonríe. Me parece hasta ridículo. El público consume la vida privada del artista y esto es algo que a mí no me interesa. Yo tengo mis perfiles personales en redes sociales y subo lo que me apetece, pero no me siento en la obligación de subir una foto cada día para demostrar lo guapos que son mis gatos. Porque no crea que tenga valor. Antes me decías que te gustaba el arte del disco. Ahí está la diferencia. Es o aportar valor a la banda o subir a cada momento vídeos que solo te convierten en un consumible.

–Vaya ejemplos, Bowie y Prince. Dos modelos de cómo cuidar la imagen, pero partiendo justamente del valor añadido a sus canciones.

–Exacto. Y sí, el mundo va cambiando y los gustos de la gente llevan a pedir ‘singles’ cada pocos meses y ver a su artista favorito haciendo ‘challenges’ en Instagram. Yo no quiero ser ese tipo de artista. Quiero ser alguien que hace canciones y todo lo que las envuelva sea bonito. Y, sobre todo, que hable de cosas que le parezcan importantes. Como que no me gusta hacia dónde va el mundo y que me da miedo pensarlo. Me aterra pensar en lo que viene.

 
Rodrigo Cominero (Sonograma). / PROMO

Rodrigo Cominero (Sonograma). / PROMO

 

Estás mejor callado’ puede dar a entender que hay opiniones que mejor no dar.

–La canción lo que defiende es que nadie tiene que estar callado. Que todos tenemos derecho a opinar. Eso sí, no todas las opiniones son válidas y tampoco tengo yo que escuchar las opiniones de todo el mundo… Lo importante creo que está en encontrar el equilibrio. Las burbujas informativas tampoco son buenas, hay que leer todos los periódicos, no solo el que te da siempre la razón.

–Hay mucho peligro en encerrarse en un mundo de gente con pensamiento único. Y si a eso le sumamos la información tóxica…

–Hay una canción del disco que habla de que el telediario no informa de las cosas buenas. El telediario te va a contar que hay un incendio, pero no que el campo vuelve a nacer. Vivimos rodeados de malas noticias y creo que necesitamos volver a poner el foco en las cosas buenas.

–Rodrigo, eres un músico reconocido principalmente por ser parte del directo de Rufus T. Firefly, primero, y de Viva Suecia después. ¿Cómo está viviendo tu gremio la situación por la que todos estamos pasando?

–Mal, para qué engañarnos. Todos los que nos dedicamos a la música en directo o a los eventos lo tenemos muy complicado para trabajar en estas circunstancias. Lo llevamos como podemos. Tuve la suerte de tocar durante el verano y ese ha sido el pulmón que me está permitiendo hibernar. No solo los músicos. A pesar de que la música está denostada en nuestro país o que la gente no lo vea como un trabajo serio, la industria es bestial y hay muchísima gente en ella. Imagínate el que tiene una fábrica de pulseras de festivales. O las tiqueteras. El que serigrafía vasos de festivales. Los de seguridad. Los gestores. Al hablar de la música piensas automáticamente en músicos, pero hay mucho más detrás. Y no solo estamos mal los que tocamos la guitarrita, ni mucho menos. Yo antes de subirme al escenario trabajaba de verano en festivales para ganarme un dinerillo. Hay empleos que ni nos imaginamos. Hay un montón de gente en el sector en una situación complicada.

–En la industria musical, ¿crees que se saldrá mejor? ¿Habrá más unión en vuestro sector?

–No sé si saldremos más unidos, pero desde luego hace falta que todos rememos a una. Tenemos que intentar que las cosas funcionen mejor. Pero ahora mismo lo más importante es salir adelante y luego revisar qué es lo que está ocurriendo. Tenemos que tender puentes entre todos. En Murcia pasa una cosa. Allí todo el mundo se conoce y si alguien necesita algo, es muy fácil que haya quien le ayude. Eso en ciudades más grandes como Madrid es más complicado. Pero igual el camino a seguir es ese, el de ayudarse y darse cobertura.

 
 

–Se te ve muy integrado en Viva Suecia. Cuéntanos un poco cómo se pusieron en contacto contigo y qué tal va con ellos.

–Yo estaba tocando con Rufus y nos llamaron para hacer una canción para ‘Hoy empieza todo’. Estuvimos una semana en La Coruña haciendo una canción juntos. Y todo lo que generase esa canción iba a un proyecto de Ángel Carmona para niños en las favelas. Allí nos conocimos y fue amor a primera vista. Conectamos desde el primer momento. Tenemos un humor muy parecido, somo igual de idiotas y de ahí nacen las amistades. Cuando puedes reírte de lo mismo. Mantuvimos la relación y me llamaron cuando iban a hacer ‘El Milagro’ para decirme que contaban conmigo para la grabación. Y después empecé a girar con ellos. Me siento muy cómodo con ellos y con Murcia. Me encanta la ciudad y su gente. He hecho mil amigos. Además, el clima es cálido. Me siento como en casa, la verdad. En Madrid todo es más impersonal y lleva más tiempo todo, y en Murcia las cosas funcionan a otro ritmo y me gusta. Y desde luego eso ha ayudado a que la relación con Viva Suecia vaya tan bien. En serio, a mí me llevaban a comer y me decían «esto es una marinera», y yo flipaba. Y luego «esto es un pastel de carne» y yo, «madre mía, esto es la hostia». O «prueba el caldo con pelotas», y yo seguía flipando. Ese folclore es algo increíble que me gusta muchísimo. España se está perdiendo cosas increíbles que tienen por descubrir en Murcia.

–Hace unos días pedí a Rafa Val (Viva Suecia) que me mandase una pregunta para ti. Es la siguiente: «¿Cuántas marineras eres capaz de engullir de una sentada?».

–Es que soy un superamante de las marineras (risas). Pero en serio, que me bajo solo a mi bar favorito un rato antes de quedar con la gente y me tomo mi vermú y cuando me doy cuenta de que es hora de irme a cenar con quien haya quedado, llevo ya tres o cuatro marineras en el cuerpo. Si hubiese un concurso de comer marineras, probablemente sería el juez, porque no me dejarían participar. Lo tendría prohibido.

 
Rodrigo Cominero (i) durante un concierto de Rufus T. Firefly en Sala REM (Murcia). / SERGIO MERCADER

Rodrigo Cominero (i) durante un concierto de Rufus T. Firefly en Sala REM (Murcia). / SERGIO MERCADER

 

–También he pedido a Víctor Cabezuelo (Rufus T. Firefly) que te hiciese una pregunta. Es la siguiente: «¿Te hubiese gustado trabajar con Phil Spector?» (para conocer el porqué de esta pregunta, hay que leer este intercambio de tuits entre Víctor y Rodrigo)

–Claro, aunque antes de convertirse en un asesino ya estaba un poco zumbado y seguro que era un ‘show’ trabajar con él.

–Volviendo a Sonograma, ¿qué encaje tendrá con los proyectos que tenéis cada uno por vuestro lado?

–Estamos hablando de mí, pero la verdad es que mis compañeros en Sonograma también están en proyectos paralelos muy bonitos. Habrá que ceder algunas cosas, hacer encajes de bolillos y muchos kilómetros. Pero el premio es tocar tus canciones y se llevará con una sonrisa.

–De toda la gente con la que has tocado y compartido escenario, ¿quién es el que más te ha sorprendido?

–Rafa Val es un tipo supercompleto. Es muy buen guitarrista. De hecho, acabó cantando de casualidad, porque no les quedaba otra. Antes había tocado en muchas bandas, pero siempre como guitarrista. Que escuchas la voz que tiene y dices… ‘¿cómo no has cantado antes, tío?’. En fin, que en Viva Suecia al cantar no puedes hacer florituras con la guitarra, pero a veces le he visto en pruebas de sonido hacer cosas increíbles. Rafa es una persona muy especial. La verdad es que he tenido suerte y todas las personas con quien he tocado tienen algo distinto. Víctor Cabezuelo hace unas armonías maravillosas. ¿Y qué te voy a decir de Julia? Es la pasión encarnada tocando la batería. Es muy emocionante tocar con ella, no creo que toque jamás con alguien así en mi vida.