Arizona Baby: «No nos volvemos locos intentando inventar la rueda»

 
 

Javier Vielba y Guillermo Aragón desvelan cuál es el verdadero «rollo» del trío vallisoletano y cómo se puede hacer rock con guitarras acústicas, «sacando astillas a la madera», en una época en la que todas las bandas buscan un sonido festivalero


MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ y ÁLVARO RABADÁN

Si hay una banda dentro del panorama indie nacional que merece la pena escuchar por ofrecer una propuesta original, rock con guitarras acústicas y sabor eminentemente de folk americano, esa es Arizona Baby. El trío vallisoletano, compuesto por Javier Vielba (voz y guitarra), Rubén Marrón (guitarra) y Guillermo Aragón (batería y percusiones), publicó en 2018 su último álbum, ‘Sonora’, con el que ya ha recorrido el país de norte a sur varias veces y que seguirá presentando en los próximos meses en nuevas ciudades. Aprovechando su visita a tierras murcianas el año pasado, quedamos con Javier Vielba y Guillermo Aragón antes de su concierto en la Sala REM para grabar un vídeo y hablar sobre su música y el sonido ‘arizónico’, que ellos definen como «un rock con influencias amplísimas», principalmente del periodo que transcurre entre finales de los 60 y los 90, entre las que no puede faltar Nirvana, con su ‘MTV Unplugged in New York’, y Johnny Cash y sus ‘American recordings’, que incluye versiones tocadas con su guitarra acústica de canciones de grupos modernos como U2, Depeche Mode, Soundgarden y Nine Inch Nails.

«Todo ese poder e intensidad que este tipo de artistas fueron capaces de comprimir o condensar en su música nos ha inspirado mucho. Gente que saca astillas a la madera de la guitarra», explica Vielba. No obstante, el cantante confiesa que no aspiran a convertirse en un Vangelis o un Ennio Morricone, «alguien que de repente crea sonidos insólitos hasta el momento. No renunciamos a ello, pero realmente no nos vamos a volver locos intentando inventar la rueda o el pan de molde». Y Aragón, por su parte, señala que, aunque las influencias del pasado son «muy obvias» en Arizona Baby, no descartan nada de cara al futuro, incluso poner su mirada en algo tan ajeno a ellos como la música urbana.

Sobre su último trabajo discográfico, ‘Sonora’, consideran que aglutina todo lo que ha sido la banda hasta ahora, pero plantea «nuevos retos» e introduce novedades, como que Guillermo Aragón sea el cantante principal en uno de los temas o la presencia de instrumentos en algunas canciones como la armónica y la mandolina. En definitiva, sonidos que hasta ahora no estaban presentes en sus discos, pero que son «muy ‘arizónicos’».


No aspiramos a convertirnos en un Vangelis o un Ennio Morricone, alguien que de repente crea sonidos insólitos
— Javier Vielba

Aunque si algo caracteriza a la banda es el hecho de usar guitarras acústicas en lugar de eléctricas, «algo que no se concebía como un instrumento para hacer rock, sino más bien para componer en casa tranquilo o ir al parque», reconoce Vielba. Para Aragón, la guitarra acústica aporta «más inmediatez», aunque todo el tema de amplificarla en directo en un festival es verdaderamente complicado, «porque está pensada para tocar en un recinto de proximidad».  

Sobre la evolución en el sonido de la banda, Vielba bromea con que nadie espere que en el próximo disco vayan a utilizar ‘vocoders’ y sintetizadores. «Lo normal es que tiremos de las guitarras acústicas, porque hemos puesto unas normas sobre la mesa y la gente las ha aceptado. Así que no sé. ¡Qué clase de ‘master’ de ‘Dragones y Mazmorras’ eres si de repente cambias las normas cada dos por tres! Pierde la gracia. Está bien ceñirte un poco a tu personalidad, aunque sin cerrarte las puertas para experimentar y seguir abriendo campo, pero una vez que conectas con la gente, está bien mantenerlos en vilo. Alfred Hitchcock y Arthur Conan Doyle eran unos maestros de eso. ¿Por qué no vamos a hacerlo nosotros? Respeto a esos señores y no me atrevería a decir que ‘este tío era un gilipollas’ porque creo que es mejor que cambiemos de tercio cada dos por tres y volvamos loco al personal. Al final eso acaba convirtiéndose en tu rollo y la gente se queda esperando a ver qué locura haces nueva, como ocurre con Beck y tantos otros», argumenta.

Según Aragón, parte de la personalidad de Arizona Baby es la «inmediatez, la caña y tener un repertorio que en una gran parte es animado y disfrutable» y, como añade Vielba, que la gente se pueda «dejar llevar» en los conciertos y no tengan que hacer un «esfuerzo titánico» para seguirles. «Entre hacer la cosa más canción del verano del mundo y un tema de 14 minutos de Frank Zappa cabe un amplísimo espectro», puntualiza. 

Y es que el hecho de que ahora hay más festivales que conciertos en salas hace que las bandas se imaginen tocando en macroeventos, como si fueran The Rolling Stones, en lugar de pensar en una sala pequeña y The Stooges. El resultado obvio es que todas se parecen cada vez más. «Pero eso no es culpa de los grupos, es de las circunstancias. Cada uno se adapta a lo que hay», insiste Vielba, a lo que Aragón agrega que quizás se ha producido una «selección natural» y los grupos que triunfan son los que adoptan más esa fórmula: «Y por eso se les achaca a todos que hacen lo mismo, pero puede ser que esté en la propia personalidad del grupo hacerlo así».

La conclusión para Vielba es que en la escena actual, con el talento que hay y la apertura que existe de estilos, sería interesante que no se perdiesen las salas, «porque es donde de verdad puede experimentar la gente». Y no solo los grupos, sino también el público porque, en su opinión, «parece que basta que tengas mucho donde elegir para que te aturulles y te quedes con tus tres grupos favoritos de siempre».