A Viva Suecia le sienta bien la ‘nueva normalidad’

 
 
Viva Suecia, al completo, en el concierto ofrecido el lunes, 13 de julio, dentro de Las Noches del Malecón, en Murcia Río. / SERGIO MERCADER

Viva Suecia, al completo, en el concierto ofrecido el lunes, 13 de julio, dentro de Las Noches del Malecón, en Murcia Río. / SERGIO MERCADER

 

La banda murciana sabe darle una vuelta a sus canciones para ofrecer en Las Noches del Malecón un ‘show’ electroacústico en el que mantiene toda su intensidad y experimenta nuevas sonoridades para enriquecer su música


El lunes, 13 de julio, con un día de retraso por esa invitada sorpresa del domingo, la lluvia, volvimos al directo. A sentir la música golpeando el pecho y ver las –medias– caras de amigos y desconocidos que se cruzan miradas bajo un escenario. Fue en Las Noches del Malecón, ese evento que está haciendo en un mes por Murcia Río más que cualquier campaña promocional anterior. Esto no va a ser una crónica de concierto al uso porque anoche se rompieron cadenas y derribaron muros que van más allá de lo meramente musical.

Lo primero a remarcar: ¡sí se puede! No es nada fácil, pero desde el inicio de los tiempos en la adaptación está la supervivencia. Hubo mascarillas, espacio, sillas y palés. Pero el enemigo invisible manda y esas son las reglas a seguir. El público mostró civismo y, más allá de momentos muy puntuales (apenas media canción en la que no pudo resistirse y finalmente se levantó), no rompió ninguna norma a seguir.

Pero si hay alguien que entendió lo de la adaptación, ese fue Viva Suecia. Un ‘setlist’ donde en ocasiones desnudaron y otras engalanaron sus éxitos más conocidos. Un derroche de clase desde la primera nota hasta que sonó ‘La Parranda’ como broche final. Se mostraron reivindicativos, con ganas de demostrar que los eventos musicales son un sustento económico para mucha gente y no deben dejarse de lado por parte de los que mandan. «Podríamos haber venido dos de nosotros con unas acústicas y habérnoslo ‘llevado muerto’, pero no es lo que os merecéis», dijo Rafa Val, más conversador que nunca con el público gracias al formato. Una frase con mucho calado que tiene aún más valor con los ‘suecos’ viviendo una fase de transición interna que ha coincidido con la cancelación de la gira de presentación de ‘El Milagro’.

Esta gira electroacústica la han llamado ‘Necesitarnos tanto’. Creo que Viva Suecia no sabe hasta qué punto es su gente la que necesita de ellos y de chutes de energía como el de ayer para empezar a ver algo de luz entre las sombras de estos meses. Cuando el día anterior la lluvia obligó a posponer el concierto, la banda avisó de que todo sería todavía más especial. Se les notaron las ganas a todos ellos, pero es de recibo resaltar la labor de Rafa Val, cuya prominencia es aún mayor en el formato de estos ‘shows’. ¿De dónde sacaste esa voz, que te susurra en un segundo y te grita hasta erizar el último vello de nuestra piel al siguiente, Rafa?

 
Rafa Val, y su camisa especial para los conciertos en Murcia, durante el concierto. / SERGIO MERCADER

Rafa Val, y su camisa especial para los conciertos en Murcia, durante el concierto. / SERGIO MERCADER

 

Alberto Cantúa, como si le hiciese falta con ese 1,90 largo que debe medir, con esa clase que ya le sobra en un concierto de la antigua normalidad, se agigantó gracias a hacer lo que más le gusta: ruido. Jugueteó con sus pedales y efectos durante la hora y media que Viva Suecia estuvo sobre el escenario, dando una soberana lección de guitarra. Aunque no le guste el blues.

El peso del ‘setlist’ se lo llevó ‘El Milagro’, pero las vueltas dadas a todas las canciones hacen que suenen completamente nuevas, sean del disco que sean. Algunas con bases electrónicas, como ‘El nudo y la esperanza’; otras casi a capela, como ‘Será’. Momentos de recogimiento, como en ‘Necesitarnos tanto’, y otros donde mantenerse pegado al asiento era imposible, como ‘Todo lo que importa’.

Y cuantísimo viste Rodrigo Cominero a Viva Suecia. Ya lo hacía en eléctrico, significando un paso adelante en directo, pero es que en acústico sus teclados cobran vital importancia (‘Qué querías ser de mayor’, ‘Días amables’…). Es ese fichaje que se gana el puesto partido a partido, canción a canción. Por su lado, Jess Fabric y Fernando Campillo asumieron el rol de base rítmica sin excesos ni artificios, dando el empaque y la solidez necesaria que cada tema necesite. Eso sí, se hace raro ver a un Jess tan contenido, en su sitio, sin paseos por el escenario, besos robados a sus compañeros o arengas al público desde arriba de un monitor. Todo volverá, todo tendrá su tiempo.

 
Aunque casi la totalidad del tiempo permanecieron sentados, la banda acabó con su clásica imagen de cualquier ‘show’. / SERGIO MERCADER

Aunque casi la totalidad del tiempo permanecieron sentados, la banda acabó con su clásica imagen de cualquier ‘show’. / SERGIO MERCADER

 

No sería justo terminar esta crónica sin hacer mención al recinto y la organización. Otro ejemplo de adaptación a marchas forzadas. Camareros y acomodadores numerosos y amables, espacios amplios y cómodos y distintas zonas con sillas, palés con cojines y mesas altas con taburetes. Además, con una puntualidad que se echa en falta en los conciertos al uso en sala.

En definitiva, Viva Suecia volvió a triunfar en su ciudad, ante su gente, con el valor añadido de hacerlo mostrándose de un modo que difícilmente volveremos a ver. Serán alrededor de veinte las fechas de esta extraña gira por toda España. No dudes en vivirla si puedes, porque aunque la mascarilla la tape, te aseguramos que saldrás con una sonrisa de felicidad de oreja a oreja.